terça-feira, 15 de agosto de 2017

mi abuelo lo único que hacía era afeitarse y temblar
frente al televisor.

mi padre todas las mañanas se perdía en el campo,
transformado en un punto tridimensional de la nieve.

regresaba con una sonrisa mística en su rostro y nadie
sabía por qué.

en verano también esa misma sonrisa y frutillas
en sus manos, en primavera frambuesas.

la sonrisa de mi padre traía frutos maravillosos.

mi abuelo temblaba cada día más, su cabeza recaía
como mandolina y se erguía como un piano.

un día mi padre regresó con manzanas

mi abuelo dio con la clave del silencio.



Natalia Litvinova  Poema del libro “Esteparia” Ediciones del Dock, 2010, Argentina.

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